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Don Abraham
y su conejo negro
Don Abraham contaba que, entre los cafetales de Puerto Rico, dormía una sombra veloz: un conejito negro que aparecía, curioso, cuando el café comenzaba a germinar.
Los viejos del campo decían que, cuando el Conejo Negro se dejaba ver, el café estaba a punto de darse.
Algunos lo llamaban el guardián del campo, otros, el espíritu de la mañana.
Como toda leyenda, nadíe lo atrapó jamás...
pero mi abuelo decía que el café siempre sabía mejor cuando él pasaba.
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Elevación: 2,500 pies
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Variedades: Limaní y Frontón
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Proceso: Lavado – Secado al sol
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Notas de cata: Dulzura con poca
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o ninguna amargura, notas de frutas
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rojas y una acidez suave.
“¡ESTE CAFÉ ES MAGIA EN UNA TAZA!”
Su sabor suave y dulce, con toques de frutas rojas, me transporta directo a las montañas de Puerto Rico.
Maria R., San Juan
“Nunca había probado un café tan rico.”
La acidez suave y las notas de frutas lo han convertido en mi nuevo favorito de las mañanas.
Carlos T., Ponce
“ME ENCANTA LA HISTORIA DETRÁS DE ESTE CAFÉ”
¡Está a la altura de la fama! Suave, dulce y súper refrescante. Ahora es mi café de díario. Cada sorbo sabe a Puerto Rico.
Sofia L., Mayagüez
El Corazón
del Campo
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